Elena Albaca de Fares es una artista silenciosa, cuya obra, a pesar de las múltiples exposiciones, esta instaurada en la intimidad de su taller. A través de sus más de treinta años de trabajo aprendió a hacer aflorar de su alma formas y colores con fuerza y expresividad. El proceso de su acto creativo es múltiple y dinámico, Ha pasado por distintos ismos manteniéndose en permanente actualidad. Sucede que Elena posee una natural maestría para el manejo de las herramientas plásticas y su obra, posee equilibrio, ritmo y armonía, por ello me arriesgo a pensar que entre su mano y el caballete no hay distancia, ya que la artista une este espacio con su propia experiencia emanada de su pasado como historiadora y socióloga. Así mana de su alma ancestrales conceptos del mundo de la cultura y del pasado del hombre. Entonces el resultado es sólido a la vez que novedoso y a ello se suma el misterio, hace que su obra sirva no solo para ver sino también para pensar.
Estamos hablando de aquello que surge de la pura intuición creadora, algo que emana profundamente del alma de todo artista como creador de fluidos mensajes, que se hace evidente en aquellos que trabajan sin pensar en los concursos o en los altibajos del mercado.
El verdadero artista es el que trabaja en forma permanente en busca de su propia expresión a costa de cualquier otra fuente de reconocimiento. Elena nunca buscó ni busca el ruido de la fama, solo hace arte por el arte mismo y eso es suficiente. Gracias Elena por entregarnos en ésta muestra tu concepción sobre el pasado de nuestras raíces y tu visión sobre el Milenio.
Leonardo Iramain.